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Estamos transitando en un momento donde las pantallas y la saturación de información no para, ni va a parar. La sobre-información, los miles de estímulos a los que estamos expuestos cada día (redes sociales, mails, mensajes de whatsapps, la cantidad de ofertas de cosas por hacer/sanar/mejorar que hay, y otras muchas cosas nos bombardean constantemente) sumado a la vida diaria caótica y real, los vínculos de carne y hueso que elegimos nutrir, el hacer/producir, el mirar hacia adentro, nuestras necesidades más mundanas, la realidad concreta.. en fin, un montón todo.

El multitasking es algo valorado en nuestra época, mas mucha veces nos lleva al agotamiento físico/mental y el sistema nervioso necesita tiempo de parate y descanso. 

En el viaje del Zodiaco el tiempo Géminis es el primer estadio del elemento aire. 

El aire se encarga del plano vincular y mental, en particular Géminis es el momento de la experimentación, del juego, de la flexibilidad y la diversidad de ideas y captaciones, de armar y desarmar los relatos mentales que construimos, no tomando nada muy en serio, sino más bien como un juego, una exploración.

Géminis se relaciona a la niñez, ese momento donde empezamos a preguntar -“qué es esto? y aquello? y por qué esto y por qué lo otro?”-, ansiamos conocer el mundo y asistimos a lo que se nos presenta con cara de sorpresa e ilusión, con ansias de aprender más del entorno que nos rodea. Mirar la vida con ojos de aprendiz. 

Géminis, regido por el planeta Mercurio, nos habla de la palabra y la comunicación, del intercambio de información con otrxs, del aprendizaje y la relación entre distintas ideas.

Quiero reflexionar sobre el relato interno, ese con el que nos contamos nuestra vida, nuestra personalidad, nuestra existencia. Cada quien tiene un relator interno que va narrando lo que nos pasa. Me lo imagino como si tuviese una voz en off escribiendo un monográfico de mi vida todo el tiempo que me dice algunas cosas. A veces su voz puede ser más amable, otras rígida o exigente, complaciente, tiránica por momentos. A veces me empuja a ir más lejos, otras me habla del miedo y las posibles consecuencias de ir más allá de donde estoy. Sea cual sea la textura de tu relator, su voz tiene peso en la manera en que percibimos todo. 

No sé qué te dirá tu mente, la mía dice cosas que a veces cuando la observo o alguien me muestra cómo me estoy hablando o nombrando a mi misma, no lo puedo creer! En serio me habla/me hablo así? En qué momento le di fuerza y voz a ese relator, a esa relatora interna? Me pregunto. 

Las palabras tienen mucho poder, dejan huella y crean realidades. Pueden expandir, mas también pueden contraer. La mente, al igual que el ser humano, es maravillosa y a la vez tan compleja. 

Armamos el relato del mundo al que asistimos, armamos el relato de la vida y cómo la percibimos. Este relato no se generó de la nada, claro. Si por ejemplo mi relator es muy crítico y exigente, no es que me encanta hablarme con dureza porque es super grato y me encanta, el origen viene probablemente muy atrás, desde la niñez, desde que fuimos caminando la vida y acumulando experiencias que nos fueron delimitando la percepción sobre nosotros, los otros y del mundo.

Todos nacemos en un contexto familiar, social, económico-cultural, demográfico, etc. Es decir, esa mente virgen se va moldeando dependiendo de lo que absorbe del entorno y de lo que entendamos que es clave para nuestra supervivencia. Vuelvo siempre a esto porque me parece tan necesario entendernos y reconocernos como mamíferos, como seres que viven en manada, y para sobrevivir, nos adaptamos. Y cuando nos adaptamos, respondemos como se espera que lo hagamos, porque así nos aseguramos la pertenencia, un lugar en la manada. El tiempo pasa, crecemos, el proceso de individuación comienza, y en el mejor de los casos, quizás podamos ir observando esos relatos y custionándolos. 

Será así esto como me dijeron en mi casa? Será esto tan así como me dijeron en la escuela? Será como me dijo tal persona/maestra/amigo/pareja/x? 

Será real la percepción que tengo de mi misma o es lo que alguien me dijo que soy?

Hay una buena noticia. Si cambia el relato interno, posiblemente cambie el afuera. No mágicamente y pim pum pam, claro que no, todo es proceso, todo es cuerpo, somos materia, no nos olvidemos que Géminis viene de Tauro.


El aire se puede mover muy rápido y puedo estar incorporando información nueva y poniendo en interrogación mi relato todo el tiempo, mas el cuerpo tiene otro ritmo, tiene que masticar eso nuevo que percibe, tiene que hacerle espacio, dejar morir esa vieja idea con la que estaba identificado para hacer espacio a esta nueva percepción más amplia sobre mi o sobre algún hecho, historia o vínculo. 

Re-significar la mirada y al observador.

Hay relatos que nos sostienen, que nos ayudan a asistir a la realidad y sobrevivir a traumas, que hacen de base al camino que realizamos cada día. Que por más que su contenido sea hiriente o incómodo, es lo conocido, lo que me da la sensación de estar a salvo. Y movernos de ahí, suele generar resistencia. 

Cuestionar el relato interno requiere mucha energía y valentía, porque puede poner en jaque algunas cosas de nuestra vida, por ejemplo, vínculos.. 

¿cómo dejo que me hable así tal persona? ¿cómo le hablo yo? ¿en qué lugar me posiciono repitiendo este relato? ¿por qué lo sigo repitiendo?

Seguro habrás escuchado la frase –Una vez consciente, nunca más indiferente- y creo que ahí está el tema, ampliar nuestra percepción, observar al relator que tengo dentro, me hace ver que eso que habla, no soy yo, que estoy por fuera de ese relato, es decir, que puedo modificarlo si esa postura de la vida no me está resultando cómoda. Es decir que, si no soy ese relato, mas ese relato hace que me pare ante la vida de una determinada manera (por ejemplo desde la víctima que no puede con su vida y depende de otros, la salvadora que ayuda a todos a costa de su propio bienestar, la victimaria que dice que los demás son débiles y no pueden, entre otras voces que nos habitan)… puedo salir de ahí!

De nuevo, cuerpo. Es un proceso, no es de un día para el otro. Será con terapia, será con mucha observación de mis pensamientos, será cuestionando mis ideales y creencias, lo que me dijeron en mi familia y repito como loro, o pudiendo verme con los ojos del hoy y no con la memoria del ayer, será conectando con mis valores actuales, en fin, implica trabajo interno… requiere arremangarse y ponerse a meter mano en todo eso y desarmar eso que estaba muy bien montado dentro.

Un ejemplo ilustrativo. Un día, charlando con una amiga, le contaba sobre una percepción de mí misma que tenía, sobre mi fuego, mi intensidad, como si en el encuentro vincular me apareciera una potencia expresiva que mi relator interno juzga como un rasgo negativo. Ella, con los ojos llenos de amor, me dijo que eso que yo llamaba intensidad, era pasión, y que esa pasión era uno de los rasgos más genuinos que me hacían ser yo. Me dio vuelta la tortilla, me regaló una mirada más amorosa y expansiva sobre mí.

Qué necesarios la amistad para caminar la vida, no? 

Esto es a lo que voy con tanta palabra, lo que nos decimos, nos limita, nos condiciona, nos coharta la libertad y la expresión. Cómo nos nombramos y hablamos, cómo nombramos y hablamos a otros, tiene mucho poder y no tenemos que subestimarlo. La mirada Metafísica se basa en el principio hermético del mentalismo, que dice que todo es mente y todo se crea a partir de allí (en El Kybalion encuentran este principio).

Ni hablar que hay mucho más por fuera de lo que percibimos desde nuestra mente racional y del relato que encarnamos. Hay muchos otros niveles de existencia más sutiles, otras realidades, otros registros que poco tienen que ver con el mundo de ideas y formas. Nuestra percepción de la realidad es muy finita, tiene una forma acotada y no es la totalidad. Por eso, cuanto más rígidos nuestros pensamientos e ideas, más limitada nuestra percepción es.

Aprender y animarse a cuestionar-se. 

No le creamos a nuestra relato/mente tanto.

Qué maravilla poder ir mutando nuestra manera de mirar la vida. Ir haciendo espacio a una percepción más amplia de lo que es estar vivos, de lo que es amar, de lo que es cuidar, de la humanidad, del pequeño lugar que ocupamos en este misterio llamado existencia.

Se me vienen muchas cosas más para seguir abriendo pero apelando a Sagitario y su síntesis voy a ir cerrando. Así que la invitación siento que es a animarte a que te hagas preguntas, que conectes con tu relato y tu relator. Que te observes, te cuestiones, te escuches. 

Que te pongas entre signos de interrogación y te permitas la flexibilidad de mirar todo desde distintas perspectivas. Nada es tan serio ni tan rotundo como parece desde esa mirada, no?

Te dejo unas preguntas..

¿Cómo te hablás? ¿Dónde nació eso que hoy te relatas? 
¿Te lo dijo alguien en tu infancia? ¿Te lo dice alguien actualmente? 

¿Si sos sincero/a con vos, realmente te ves así? ¿Por qué seguís repitiéndolo? 
¿Aceptas otros puntos de vista? 
 

PD. Te dejo un link de una entrevista a Pepe Mujica que siento que tiene resonancia con lo que hablo en este texto. Filosofar sobre la vida es preguntarse y cuestionar el relato establecido todo el tiempo, romper el status quo, y este señor tiene un don para todo eso. Pepe es un Sol en Tauro, Luna en Sagitario y Ascendente Géminis con Mercurio (el regente de su carta) emplazado en la casa doce.

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*La imagen es del artista Johfra Bosschart.

Tatiana.